sábado, 5 de noviembre de 2011

Prometiendo en vano.

Prometo no prometer, prometo que mis promesas anteriores serán cumplidas, prometo que el día que falle será el día que todos los que en mi contra se hallan, ganen.
Prometo no malgastar lágrimas cada noche, prometo no mentir al corazón, prometo no fingir indiferencia, prometo no querer a nadie más de lo necesario, prometo olvidarme de todos aquellos que me hicieron daño, prometo no llorar a escondidas, prometo quererme, prometo ser feliz.

lunes, 31 de octubre de 2011

Noches en vela.

Otra noche tirada en el vacío más vacío de los vacíos, otra noche malgastando lágrimas que jamás deberían de haber visto la luz, lágrimas somnolientas, empobrecidas, lágrimas secas.
¿Llorando por qué? Ni yo misma lo sé, me escudo diciendo que es por todo y por nada a la vez, en realidad no miento, no me engaño, pero siento que es un escudo para ocultar un motivo mayor, un motivo que no he llegado a descubrir, que al parecer nunca descubriré.
Noches en vela, noches de soledad, de angustia y de llantos contenidos. Noches en los que ni el más acogedor de los abrazos podría quitarme el frío. Noches que parecen no tener fin. Noches, sin más.
No quiero volver, no quiero abrir los ojos y mirar al mundo. Mirar al mundo sin ver nada. Sin ver nada porque no hay nada que ver, es un mundo vacío, no es un mundo, es tierra, tierra cultivada y cimentada, tierra, solo eso, un montón de tierra con millones de humanos pero pocas personas.
Quizás el motivo de mi llanto sea un inútil rechazo al mundo que habito, el débil grito de una persona que quiere salir pero que la sociedad no le deja, un aullido de un feroz lobo que no sacó sus garras por miedo al "¿Qué pasará después?".
Tengo miedo al mundo, tengo miedo al ser humano. Me tengo miedo a mi misma.