domingo, 23 de enero de 2011

DESCONTROL

¿Hola?¿Hay alguien ahí?            
Un silencio invade la estancia, no sabes dónde.
Sigues gritando, pero tus gritos se ahogan en el vacío, miras a tu alrededor y no ves nada mas frio y estremecedor blanco. No paras de preguntarte donde estas, pero aunque muchas sean tus preguntas pocas son las respuestas que obtienes de la nada. El miedo te invade, comienzas a golpear las paredes, tus miedos aumentan cuando ves que ese pequeño habitáculo encoge por momentos. Sientes la necesidad de respirar hondo, pero te das cuenta de que por mucho que lo intentes algo te impide hacerlo; da igual de todas formas no lograras salir con vida de allí.  Corres de un lado a otro buscando una escapatoria pero no la encuentras.
 Realmente esto existe o es un producto de mi desbordante imaginación- te preguntas una y otra vez.
Te cansas y dejas de correr, te tumbas y dejas que tu imaginación fluya, de pronto una puerta se abre ante tus ojos. La cruzas, no hay diferencia de un lado al otro, pero piensas que si de la anterior habitación conseguiste escapar con la imaginación de esta podrás escapar del mismo modo. Vuelves a dar rienda suelta a tu imaginación y aparece una puerta un poco más pequeña que la anterior. Pasan horas y sigues sin salir de aquel lugar, miras a un lado y a otro solo ves una solución, la imaginación. Ya ni te esmeras en imaginar grandes cosas, tan solo con pensar en una puerta aparece y te deja paso. Cuantas más puertas abres, más pequeñas se van haciendo, pero tu continuas inventándolas, hasta que te encuentras con una que no eres capaz de traspasar. Te tumbas te concentras, pero no funciona, no sabes que hacer. Finalmente sufres una muerte cerebral a causa del poco oxigeno que hay. Ahora sí que no puedes hacer nada, estas muerta, nada puede salvarte, tan solo duermes, entonces en lo más profundo de tu ser, pides ayuda, ayuda a cualquier ente que pueda oír tus silenciosos gritos. No hay respuesta, desistes, ya nada puede salvarte, en un último intento rezas, pero aun así, dejas de sentir, definitivamente mueres. Pero algo sigue vivo dentro de ti.
Te despiertas horas después en una habitación aparentemente de hospital, un hombre vestido de blanco te mira con curiosidad, intentas girar la cabeza. Te sientes cansada, agotada y te duermes. Vuelves a abrir los ojos, miras a la derecha y ves a tu padre con cara de preocupación, al verte abriendo los ojos corre hacia a ti, te coge la mano cariñosamente, sientes como vuelca todo su ser en tu recuperación. Ya esta cariño, te repite una y otra vez. Balbuceas unas palabras que ni tú misma sabes que significan, las lagrimas recorren tus mejillas, el te las seca con suavidad, te besa la frente y te dice que descanses. Sin saber cómo te has vuelto a dormir.
Los días que sucedían a este no eran muy diferentes, no notabas mejoría, aunque en el fondo sabias que te ibas a mejorar en esos momentos solo podías desear tu muerte. Un día te despiertas empapada en sangre y oyes a los médicos decir:
- no confió en su recuperació.                                                                                                                                
 Se giran te miran y al verte sangrar uno de ellos, el más alto, grita:
-Preparad el quirófano ocho, ¡deprisa!
Te llevan a una sala y te ponen encima una luz cegadora.
-El bisturí-oyes decir al medico.
Le ves trabajar pero no sabes que te está haciendo, no se le ve entusiasmado pero tú no pierdes la esperanza, confías en el. Entonces le oyes decir:
- no podemos hacer nada.
Sientes como poco a poco, tienes mas y mas sueño. Oyes a uno gritar
-¡la perdemos!
 Luchas contra tu propia muerte.
-Se está estabilizando.- dice otro.
Esta vez has ganado la batalla, pero no sabes si la próxima vez tendrás tanta suerte. Estas de regreso en tu habitación, ves a tu padre y a tu madre llorando. Al verte salen corriendo hacia a ti. Te duermes de nuevo a causa del cansancio.
 A la mañana siguiente te sientes mucho mejor, ya puedes hablar, recuperas las esperanzas.
-Papa ¿Qué hago aquí?
-Te dispararon, cariño.-te mira con preocupación.
Entonces lo recuerdas todo, estabas en un banco cuando ocurrió, una banda de encapuchados entraron amenazantes en busca de dinero, ante la mirada de indiferencia de los cajeros disparan hacia arriba, una de las balas rebota y alcanza a la chica que tienes al lado, ella muere en el acto, te sientas e intentas hacerle la reanimación, no funciona. No sabes que hacer. Todo ha ocurrido muy deprisa, te ves cogida por uno de los atracadores, salís por la puerta, entonces los policías comienzan a disparar, notas una presión en la pierna, miras abajo y ves que sangra. Te han disparado. Gritas una y otra vez suplicándoles que no disparen, pero los disparos no cesan, te alcanza otra bala, esta vez en el estomago, gritas de dolor. Es entonces cuando ves la mirada de furia de uno de los civiles, no sabías quién era pero te imaginabas que era algún familiar de la chica muerta buscando venganza, corre hacia la policía, empuja a uno de ellos y se hace con su arma. Va a disparar.  Pero espera, te está apuntando a ti, no sabes que hacer, dios. Te ha dado en la cabeza pero no mueres, tan sólo quedas inconsciente.
Ahora te das cuenta, todo lo que habías sentido antes, la habitación que encoge, las puertas que salen de la imaginación, no eran más que un mundo paralelo que tu habías creado, para evadirte del dolor.
A la mañana siguiente te vuelven a meter en el quirófano, esta noche has sangrado mucho, sientes que esta vez es la definitiva. Tras muchas horas de operación y desesperación por parte de los médicos pierdes la esperanza definitivamente.
-Es imposible salvarla, ha perdido mucha sangre.-les oyes comentar.
Si hablan de ti, no te compadezcas de ti misma, intenta luchar.
-¡LA PERDEMOS, LA PERDEMOS!
Minutos después tu ritmo cardiaco ha descendido a una velocidad de vértigo.
-Hora de… -Fue lo último que oíste.
Descansa en paz querida.  
"No te compadezcas nunca de ti misma, vive todo con intensidad y lucha por vivir feliz en un mundo donde las injusticias ganan, donde hay países donde nos sobra y otros donde no nos llega, donde la nacionalidad importa más que la amistad y donde no se puede ser uno mismo por miedo al que dirán. Espero que algún tengamos todos los mismos derechos que algún día nos fueron arrebatados. "

Att: Helen Peinado©